Es reiterativo, y hasta obvio, mencionar que la epidemia de COVID-19 trajo consigo un cambio de dinámica que a su vez ha ocasionado cambios en la conducta, individual y social. Mientras más días, semanas y meses pasan, más cosas raras aparecen y otras se normalizan. Algunas nuevas, otras no tanto. En este artículo encontrarás las notas destacadas ya sea que sucedieron entre el 22 de agosto y el 04 de septiembre o que aparecieron en mi NewsFeed en dichas fechas (¡gracias algoritmos! 🙏💫)
Canción dedicada a la batalla con el refrigerador: 1 cantante a 9 voces.
KD French (cantante de góspel) publicó a mediados de una canción dedicada a la batalla que hemos vivido contra el refrigerador: 1 cantante a 9 voces. Además de que nos compartió su historia con la que una muy buena parte de la población nos identificamos, demostró que a pesar de la cuarentena se puede tener un coro gospel (da clic aquí para ver la entrevista que CNN le hizo). Broadway ya retomó actividades y en México los teatros operan al 30% desde hace unas semanas. Burning Man es un festival en EUA conocido por ser una locura. Este año también fue festival virtual (vigente hasta el domingo 6 de septiembre) e incluye experiencias de realidad virtual. Mediante la cual podrás conocer los multiversos del festival.
¿Quién está a prueba? ¿Los conciertos o el ser humano? 🤷♂️
El 22 de agosto se realizó el Concierto/ExperimentoCientífico en Alemania con el que se busca evaluar si los conciertos masivos son un evento amplificador de contagios. Los resultados se tendrán en las próximas semanas y será momento de comentar y analizar. Por lo pronto saber que sí sucedió (da clic aquí para leer más lo que sucedió ese día). Ahora, lo que llama la atención es que el modelo de concierto que montaron, en México se parece un poco más a la ida al cine.
Puedes decir que “no” a eventos sociales durante la epidemia de COVID-19
Es súper común este predicamento entre querer, poder, deber y tener vida social durante la epidemia, que hasta Harvard Business Review publicó un artículo donde quien lo redacta cuenta sobre su experiencia a la hora de rechazar invitaciones a eventos personales y el posible costo que esto puede tener en su vida social.
La recomendación que dan es que hay que armarnos de valor para decir que “no” y que la estadística que han analizado confirma que los beneficios serán mayores que el costo (inclusive publicaron un working paper al respecto).
Finalmente, no hay absolutos. Mucho está en la empatía, en la compasión, en la solidaridad y en la conciencia de los riesgos y en cómo retomar la vida, porque lo que se busca es que al final de esta epidemia sea positivo el balance en la salud. Además de cuidar la salud física, conviene cuidar la salud mental, espiritual y emocional. (The New York Times publicó un artículo donde hace diferencia entre depresión y aburrimiento por la cuarentena y National Public Radio publicó otro donde menciona que la epidemia pega con tubo respecto al daño emocional que ocasiona).
La presión política, económica y de salud derivada de la epidemia
La presión política es un ingrediente que sin lugar a dudas amarga la experiencia, la cual de por si es suficientemente complicada y nada deseable. Mientras en Latinoamérica más de 160 millones alumnos no regresaron al salón de clases y en Corea del Sur se volvió a optar por la educación a distancia, en Florida a finales de agosto se seguía insistiendo sobre la reapertura de las escuelas, los casos en jóvenes aumentaron considerablemente en EUA y en la Universidad de Alabama se identificaron 500 casos en menos de una semana de que habían iniciado las clases.
La económica es aún más complicada. Varios expertos consideran que la crisis se mantendrá por años, la Organización Mundial de Comercio ya analiza el impacto que la falta de movilidad de la población y el cierre de fronteras tiene sobre el comercio mundial, la Reserva Federal en EUA mantendrá las bajas tasas de interés por un periodo más prolongado, desde mayo un videoreportaje de The Economist advertía que el impacto económico sería mayor al esperado y el Centro de Ciencias de la Complejidad de la UNAM publicó en agosto el artículo La radiografía que el SARS-CoV-2 nos da de la sociedad en donde expone su postura y emite recomendaciones para minimizar el daño por la epidemia.
La presión política también ha llegado a la esfera de salud. En EUA se intenta tener una vacuna previo a las elecciones de noviembre, aunque ya las farmacéuticas anunciaron que no se dejarán presionar y publicarán una vacuna hasta que haya pasado todos los controles de calidad y siga el proceso adecuado. Esto en un contexto donde:
- veterinarios argumentan que han trabajado desde hace tiempo con vacunas para coronavirus y han observado que no son tan efectivas;
- científicos en EUA consideran que se ha minimizado el tema de la transmisión aerea;
- se han identificado casos de reinfección en México, EUA, Europa y Hong Kong;
- The New York Times publicó un videoreportaje sobre como evitar la siguiente pandemia.
Sobre la epidemia en México:
- Forbes publicó a mediados de agosto un artículo en relación con un mexicano que padeció COVID-19 y que emitió una lista de 11 puntos para evitar ir a dar a la hospital.
- A principios de Julio de 2020, el Centro Médico ABC publicó un documental sobre la zona covid del Hospital ABC Observatorio.
“Omite los besos y el contacto o cercanía cara-a-cara durante la actividad sexual”, recomienda el Gobierno de Canadá
Digo, por si pensabas que le faltaba rareza a toda esta experiencia, el Gobierno de Canadá emitió un comunicado oficial en relación con este tema. Incluyó otras recomendaciones para disminuir el riesgo de contagio (de SARS-CoV-2). Antes habían emitido recomendaciones para la práctica sexual con el menor riesgo posible. Recomendaciones ciertamente menos riesgosas, pero más aventadas (digamos 🤷♂️).
Por el momento, sólo menciono la publicación oficial más reciente. Por su parte, el Departamento de Salud de la Ciudad de Nueva York también ha emitido recomendaciones al respecto para poder tener una práctica sexual segura durante la epidemia. El Gobierno Mexicano no se quedó atrás, aunque con un documento más mesurado y acotado.